viernes, 7 de noviembre de 2014

Formación Profesional en los Servicios de Bomberos (I)

Estamos acostumbrados a que cuando comparece el responsable político de una administración titular de un servicio de bomberos, ya sea el Alcalde o Alcaldesa o concejal de la ciudad o el diputado provincial, se ensalce la profesionalidad de los miembros de dicho cuerpo e incluso se alardee de tener “los mejores bomberos” el “mejor parque de bomberos de Europa” o el “mejor servicio del mundo”.

Os aseguro que yo he oído todas estas frases, y alguna más. Sin pretender descalificar a nadie, quiero advertir que los políticos que suelen pronunciar estas exageradas afirmaciones carecen de los conocimientos adecuados para realizar tales análisis comparativos y concluir que su servicio o sus miembros son mejores que otros, que generalmente desconocen, y que por lo tanto no han de ser tomadas en serio, ya que sus declaraciones presentan un tono demagógico, o sea que su pretensión es atribuir méritos a su gestión, quedar bien ante quienes les escuchan y ganar seguidores o adeptos. Dicho esto, veamos cuales serían los requisitos para poder elogiar la profesionalidad de los miembros del servicio de bomberos.

Con carácter general, podemos afirmar que para obtener buenos profesionales en cualquier disciplina hace falta una FORMACIÓN PROFESIONAL y esta consta de varios requisitos. A saber: un buen sistema selectivo o de reclutamiento, un excelente programa de formación, un cualificado personal docente en la parte teórica y unos experimentados instructores para la formación práctica. Además necesitaríamos unas adecuadas instalaciones, buenos equipos y herramientas y un razonable periodo de formación y otro de prácticas. Por supuesto, hay otros estímulos que influyen: como una buena motivación y unas satisfactorias condiciones sociales y salariales. Sabiendo esto: ¿Es así como se incorporan los bomberos profesionales a los servicios de bomberos españoles?, ¿Se cumple este proceso con esos requerimientos?, ¿Disponemos en España de las imprescindibles escuelas para formar a los miembros de los servicios de bomberos?

Cuántos bomberos hay que formar
En una entrada anterior ya expuse la evolución del número de bomberos es España y la comparación con el número de bomberos en Europa. Los últimos datos estadísticos sobre la plantilla de los servicios de bomberos datan de la encuesta realizada por la APTB con datos de 31 de Diciembre de 2010. Las anteriores estadísticas sobre el número de miembros de los servicios de bomberos en España procedían de la APTB en 2005 y de la Dirección General de Protección Civil en 1993.

En la siguiente tabla se comparan los datos de dichas estadísticas:
Cuerpos de Bomberos
1993
2005
Incremento sobre 1993
2010
Incremento sobre 2005
Total Miembros de Bomberos
17.957
25.564
42,3%
30.548
19,5%
Profesionales Públicos
12.948
20.143
55,6%
22.841
13,4%
Profesionales Aeropuertos
1.148
1.420
23,7%
1.500
5,6%
Profesionales Industriales
163
253
55,2%
1.204
375%
Bomberos Voluntarios
3.244
3.818
17,7%
5.003
31%

Fijándonos solamente en el crecimiento de los bomberos profesionales públicos, se ve fácilmente que en 17 años (desde 1993 hasta 2010) se ha incrementado el número de bomberos profesionales públicos en 10.000 bomberos, es decir, que se han incorporado más de 500 nuevos bomberos al año, sin tener en cuenta la renovación de las bajas vegetativas (fallecimientos, jubilaciones, bajas, excedencias, etc.) que se hayan producido en este periodo. También se ha producido la incorporación de más de 300 bomberos en AENA. Pero, además, en las dos últimas décadas se han creado más de 2.000 puestos de trabajo en el sector privado de incendios, en las empresas instaladoras y mantenedoras de protección contra incendios. Se puede estimar que entre unas cosas y otras se han demandado unos 800 bomberos profesionales al año. Si contásemos los bomberos forestales contratados por las CCAA y por la empresa pública TRAGSA la realidad es que se ha superado con mucho la creación de 1.000 puestos de trabajo anuales de profesionales de la protección contra incendios.

No hay que ser muy listo para darse cuenta que con estas cifras podrían estar en funcionamiento una decena de escuelas de bomberos repartidas por toda la geografía nacional de la que podrían salir 100 bomberos anuales en cada una.

¿Dónde se adquiere actualmente la formación para ser bombero?
Y si estas escuelas no existen, ¿dónde se forman los nuevos bomberos? Pues en algunos casos, los servicios más grandes, cuentan con "escuela de bomberos" o "departamento o unidad de formación" con un responsable al frente que asume esta responsabilidad y se les forma con posterioridad a la aprobación de la fase teórica de su oposición, obteniendose resultados aceptables. Disponen de instalaciones, equipos, textos y material didáctico adecuado y personal propio para la instrucción. En algunos casos con periodo de prácticas en intervención en los turnos de guardia.

En los servicios medianos lo afrontan con mayores dificultades, siempre con gran esfuerzo de las jefaturas y mandos intermedios que, por lo general,  componen el profesorado de los cursos. Los cursos de formación pueden oscilar entre una duración de uno a seis meses.

Y en los servicios más pequeños, pues se hace lo que se puede (tengamos en cuenta que hay 46 servicios de bomberos de menos de 50 miembros, donde desarrollar acciones formativas de cierta envergadura es prácticamente imposible). Aunque a los sindicatos y plataformas de bomberosse les llene la boca hablando y defendiendo la profesionalidad de sus afiliados, lo cierto es que en muchos servicios no se cumple ninguno de los requisitos que hemos mencionado para lograr la profesionalidad de sus miembros. Todavía, hay quienes al día siguiente de aprobar la oposición deben incorporase a las guardias como “profesionales” quedando la formación a cargo de sus compañeros de turno. Esto, que hace muchos años era el habitual sistema de formación, adquiriendo las destrezas profesionales a base de horas de intervención, ya no funciona así. Tanto el número de guardias como el número de intervenciones y su dificultad ha descendido enormemente por lo que no es posible formarse mediante la práctica en intervenciones reales.

Sea como fuere, este sistema interno de formación supone un gran esfuerzo de las administraciones, pues cada servicio de bomberos, no especializado en docencia, ha de elaborar programas, reclutar profesorado, impartir clases, evaluar, seleccionar, etc., todo ello detrayendo personal propio de las tareas operativas. Además, el periodo de formación de los bomberos de nuevo ingreso supone un elevado coste económico pues los aspirantes son retribuidos por la administración durante su periodo de formación. Otras veces, ocurre que el personal que se forma es interino por lo cual, después de haber sido formado en un servicio se presenta a otras oposiciones de bomberos y se marcha, y cuando ingresa en otro cuerpo de bomberos, después de haber sido formado en una administración, se le vuelve a formar en un nuevo curso similar al que ya superó en el servicio anterior. E incluso cuando obtiene plaza fija en el mismo servicio en el que ha estado interino se le vuelve a impartir el mismo curso, pues el curso de nuevo ingreso forma parte del proceso selectivo. (Todo esto, además de ser absurdo, supone un auténtico despilfarro).

Formación de mandos
Lo mencionado para los bomberos de nuevo ingreso es más grave aún para los mandos. Empezando por los criterios de selección para la oposición de ascenso que suelen ser cerrados, restringidos y endogámicos. He visto convocatorias de ascenso (cabo o sargento) en que los temas y contenido para la oposición son los mismos que para los bomberos. Y si es difícil para muchos servicios organizar cursos para unos cuantos nuevos bomberos, que podemos decir de organizar un curso de formación para uno o dos mandos. Muchos de los muy buenos mandos que tenemos en este país se han ido formando gracias a la autoformación y con un un gran esfuerzo personal.

Así pues, podemos concluir que no siempre el resultado del proceso de formación es de calidad, y por lo tanto el nivel de profesionalidad es mejorable. Estas carencias, en principio, son consecuencia del modelo español de Bomberos, no son atribuibles al personal, y son responsablidad de las administraciones titulares de los servicios.

(En la segunda parte de este artículo nos plantearemos el reto de esta formación en el futuro).

Publicado el 7 de noviembre de 2014

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