viernes, 29 de agosto de 2014

Nuevo paradigma en emergencias

Mientras estaba realizando los estudios de víctimas de incendio me di cuenta de que las fuentes a las que nos dirigíamos para obtener información sobre las víctimas de incendio o explosión no daban suficiente importancia a las víctimas, ya fuesen lesionadas o fallecidas. Daba igual que fuese un servicio de bomberos, o de protección civil o de asistencia sanitaria, o el 1-1-2 de una comunidad autónoma. Casi ninguno de los servicios que habían intervenido en un siniestro con víctimas tenía apenas datos de las personas heridas o fallecidas. Y lo que parecía peor, no les importaba ni les preocupaba tenerlos. En muchos casos no nos podían facilitar los datos porque no los tenían y en algún otro caso nos daban la excusa de que no podían hacerlo por la Ley de Protección de Datos(1) -lo que es absolutamente falso pues los datos de las personas fallecidas no son datos protegidos por dicha Ley-.

El primer estudio de víctimas realizado me puso de manifiesto las carencias de los servicios de emergencias españoles en la recogida de datos de las víctimas de los siniestros. He expresado en algunos artículos de opinión que si la principal misión de un servicio público de emergencias es salvar vidas, quizás sea el momento de considerar que lo más grave que le puede ocurrir a dicho servicio es que una persona fallezca en un siniestro; siendo así, un muerto en un incendio es el mayor fracaso que le puede ocurrir a un servicio de bomberos y los fracasos hay que anotarlos bien, registrarlos, documentarlos muy bien para que no vuelvan a suceder.
 
Resulta curioso que algunos servicios públicos puedan saber cuántos litros de agua o de espuma han gastado en apagar todos los incendios de su territorio en un año, pero, no saben si se ha muerto alguna persona en los incendios que han apagado, o saben cuántos litros de gasolina han gastado las ambulancias pero no se tienen datos de las personas heridas o fallecidas en sus asistencias.
 
Así, me di cuenta de que los servicios de emergencia son muy endogámicos y es fácil comprobar que recogen bastante bien “sus” datos: el número de intervenciones y su tipología, los agentes y vehículos que intervienen, los kilómetros recorridos por los vehículos, los tiempos de intervención y un montón de variables de “sus” actuaciones. Pero poco o nada de los ciudadanos que atienden.
 
Salvamento
Dándole la vuelta a estos hechos pensé que ello es debido a que hasta hace no mucho tiempo el objetivo de los servicios de extinción de incendios era apagar los incendios y ocurría que a veces después de la extinción de los incendios se encontraban víctimas en el interior de los edificios. Hasta los años 80 no se empezó a añadir la S de salvamentos en los servicios de bomberos. Antes eran Servicios de extinción de incendios, así les llama el Reglamento de espectáculos de 1982, que se refiere a ellos como Servicios de extinción de incendios o bien Servicios contra incendios. Un ejemplo más de esta consideración conceptual es que antiguamente la atención o auxilio sanitario en accidentes de carretera se denominaba “transporte sanitario”; lo que se hacía era un transporte, no la atención a un ciudadano. Afortunadamente esto ya no es así y va calando poco a poco entre los miembros de los servicios de emergencia que el principal objetivo de las intervenciones es salvar a las personas. Recientemente, me comentaban que un mando del servicio de bomberos de la Diputación de Bizkaia proponía que el “servicio de extinción de incendios y de salvamento” debería cambiar su nombre y poner “salvamento” en primer lugar. Estoy muy de acuerdo con él.

Cambio de paradigma
Pero, hemos de ir más lejos, es necesario un cambio de paradigma. Hay que poner a los ciudadanos en el eje de la atención de los servicios públicos. Los ciudadanos han de ser el fundamento de nuestras actuaciones. No hemos de ser un servicio de atención de emergencias sino servicios de atención a los ciudadanos ene las emergencias. En una actuación de incendio debemos pensar que no solo hemos de apagar el incendio sino que estamos para atender a los ciudadanos que padecen un incendio y pensar cuál es la mejor forma de servirles. Nuestra obligación principal tiene que pasar a ser atender a los ciudadanos. Debemos concienciarnos que estamos para atender a los ciudadanos.
 
Los servicios sanitarios tienen que pensar que no están para atender lesiones, sino personas lesionadas; un servicio de protección civil no puede trasladar a un herido leve a un  hospital lejano y cuando inmediatamente es dado de alta dejarle a varios kilómetros de su residencia sin ningún medio para volver a su casa. También en los servicios policiales: un policía en un robo o en una agresión, no tiene que llegar, tomas fotos y huellas, hacer el atestado y marcharse diciéndole al ciudadano que vaya a la comisaría a poner la denuncia. El objeto de su atención ha de ser el ciudadano, no el delito. No parece ideal que ante un incendio, lleguen las unidades de bomberos, apaguen y se vayan, dejando a los ciudadanos en la calle con su vivienda destruida, el suelo lleno de agua, sin ventanas, sin luz, a veces sin puerta o con la puerta rota, sin apenas haber hablado con los vecinos que han sufrido el incendio excepto para pedirles los datos fiscales, compañía de seguros, etc., para poder pasarles la factura de la intervención conforme a la Ordenanza de tasas. Hay que desterrar la frase “apaga y vámonos”. 

Sabemos que la actuación de los servicios públicos se puede mejorar mucho y debemos pensar cómo hacerlo. A partir de ahora, debemos saber que los médicos están para atender enfermos, no enfermedades y nosotros estamos para atender ciudadanos, no siniestros. Nuestro enfoque, centrado en la persona: este es el nuevo paradigma del siglo XXI en los servicios de emergencia. 

(1) De acuerdo con el Real Decreto 1720/2007 de 21 de diciembre por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de protección de datos de carácter personal RDLOPD y según lo estipulado en su artículo 2, apartado 4: Este Reglamento no será de aplicación a los datos referidos a personas fallecidas.


 

8 comentarios:

  1. Hola Javier
    Me he quedado bastante sorprendido con lo que pones y salvo que el artículo tenga un grado deliberado de provocación, en cuyo caso creo que es excesivo, se realizan enunciados erróneos, se mezclan un montón de temas diferentes y por lo tanto las conclusiones no son consecuentes con la realidad. Intentaré desglosar los apartados , siempre según "mi personal opinión".
    No es verdad que a los servicios de bomberos, protección civil o 112 "no les importaba ni les preocupaba tener los datos de víctimas". Generalizar es un error casi siempre y en este caso es evidente. Sí que es cierto que no es una tarea fácil por los distintos escenarios, variados servicios actuantes, la falta de una sistemática de comunicación y otras circunstancias organizativas, que hacen que no haya estudios generales de victimología, salvo el que ha estado haciendo MAPFRE con la APTB y que conoces mejor que nadie. Incluso los de tráfico, que parecen ser los más avanzados, no son completos ya que no incluyen en muchas ocasiones, los heridos y fallecidos en los cascos urbanos. Importa y mucho. Vamos a ver si en nuestra CCAA podemos hacer un esfuerzo continuado en esa línea.
    Decir que " un muerto en un incendio es el mayor fracaso que le puede ocurrir a un servicio de bomberos" es una absoluta barbaridad. Podíamos decir entonces que un muerto por enfermedad es un fracaso de los servicios sanitarios. No veo la relación entre el muerto y los servicios que intervienen salvo que el muerto lo sea como consecuencia de la mala acción de los mencionados servicios. Los servicios de bomberos no pueden asumir las negligencias y los fuegos accidentales que causan víctimas. El otro día veía un video de un chiflado que se rociaba con combustible y se daba fuego para grabarlo y subir el video a la red. El artista falleció ¡Sólo falta que sea culpa de los bomberos!.
    Decir que "se sabe cuántos litros ha gastado una ambulancia pero no se tienen datos de las víctimas que trasladan", es absolutamente erróneo. Te aseguro que los servicios sanitarios tienen al detalle el historial de cada persona traslada, si bien es cierto que todavía no se puede, en muchos lugares, meter datos clínicos en el programa de gestión desde las ambulancias. Pero de ahí a que no se tengan datos hay un mundo. Otra cosa es que cuando has preguntado no te los den. Esa es otra historia.
    No es cierto que "va calando poco a poco entre los miembros de los servicios de emergencia que el principal objetivo de las intervenciones es salvar a las personas". El salvamento es una prioridad absoluta para todos y lo sabes. Es un tema que no merece ni discusión.
    Dices " debemos concienciarnos que estamos para atender a los ciudadanos" y mi pregunta es muy sencilla ¿hay alguien que piense otra cosa? Es verdad que se puede y debe trabajar más la empatía pero la concienciación es algo incuestionable. De hecho conozco personalmente un servicio que hace más de 20 años incluyó, en sus dotaciones de primera salida, aspiradores de líquidos para retirar de los pisos el agua de la extinción, que tras un incendio en una cubierta pone lonas para preservar de la lluvia, que coloca candados en las puertas rotas y les da la llave al vecino o vecina, que pone planchas en las cristaleras rotas de comercios y viviendas para evitar robos y lluvia, etc. etc. Ya ves que concienciación no les falta.
    Es verdad que "Sabemos que la actuación de los servicios públicos se puede mejorar mucho y debemos pensar cómo hacerlo" pero al menos en mi caso cuando he ido a las urgencias hospitalarias como "víctima", y han sido más que las que me hubiera gustado, no he tenido que explicar al personal sanitario que "deben saber que los médicos están para atender enfermos, no enfermedades " si no al contrario, les he mandado luego una carta de agradecimiento por el trato recibido "como persona".

    ResponderEliminar
  2. Por resumir: Es verdad que se puede mejorar la eficiencia de los servicios y mucho, así como el enfoque a otras tareas, especialmente las preventivas, pero el texto no me parece acertado. Hay servicios que pueden estar excesivamente encerrados en sí mismos. Es lo que llamamos "servicios a la espera" y que debieran de ser mucho más proactivos, pero cuando suena la sirena, la prioridad no se discute. ¡Seguro! Creo que del escrito se desprende que la prioridad no es la atención a las personas y pienso que no es cierto. Pero no deja de ser una opinión.

    ResponderEliminar
  3. Pedro,
    En primer lugar gracias por tu respuesta mostrando tu opinión y señalando los puntos discordantes y las diferencias de criterio; ello me ayudará a aclarar aquello que quizás no he podido expresar con precisión en la exposición de mis ideas.
    En cualquier caso me congratulo por mantener viva tu capacidad de sorpresa que es algo que vamos perdiendo con los años. No veas en el texto ni un ápice de provocación en el sentido de ofender o buscar enfrentamiento. No sabría a quién, ni porqué. Mi intención es la plantear un reto, un desafío que considero necesario.

    Conozco los riesgos de la generalización, pero sin generalizar no podríamos abordar ningún tema en absoluto, pues siempre hay excepciones, por eso intento evitar expresarme en términos absolutos usando vocablos, como, “algunos”, “casi todos” “la mayoría”, para que se aprecie que no todo lo que menciono ocurre en todas las situaciones, ni en todos los lugares, ni en todos los servicios, y más en este caso en que mi planteamiento lo hago extensible para todos los servicios de emergencia, no solo para los servicios de bomberos.

    En el asunto del salvamento en los servicios de bomberos, poco más que decir. Unos cuantos servicios de bomberos en España nacen en el siglo XIX promovidos por las compañías y mutuas aseguradoras y -estaremos de acuerdo-, no lo hicieron para salvar personas sino a sus bienes asegurados. Hasta comienzos de los 80 los servicios de Bomberos en España se llamaban Cuerpos de bomberos o Servicios contraincendios y así esta recogido en los textos de la época. Esto no me lo he inventado. Los testimonios de los bomberos más viejos contaban que ellos iban a apagar los incendios y como muestra un caso sonado de hace unos 20 años -que recordarás-: una dotación de bomberos después de apagar el incendio de una vivienda arrojó un armario por la ventana y en el suelo, en el armario, descubrieron un niño muerto.

    Naturalmente, que sí, que hay servicios a los que les preocupa tener los datos de las víctimas, pero como lo expongo: “Casi ninguno de los servicios que habían intervenido en un siniestro con víctimas tenía apenas datos de las personas heridas o fallecidas. Y lo que parecía peor, no les importaba ni les preocupaba tenerlos”. Esto es bien cierto. Tengo el testimonio de un jefe de bomberos de una capital de provincia que dijo “no saber los muertos que habían tenido ni le importaba”. Pero, es que cuando digo “datos” no solo hablo del número de víctimas o de su nombre sino del montón de circunstancias que rodean a la víctimas y kla información relacionada con el siniestro de que fueron víctimas. Me aseguras que “los servicios sanitarios tienen al detalle el historial de cada persona trasladada”. Supongo que te refieres a tu comunidad autónoma que ha debido alcanzar un grado de perfección desconocida en otras muchas. Pues bien, yo te aseguro que las ambulancias de emergencia, ya sean de “sanidad” de “voluntarios de protección civil” de unas cuantas CCAA, muchas veces desconocen casi todo de la víctima que trasladan al hospital. La dejan en el hospital, se acaba su servicio; y de regreso a la base, punto final.
    (continúa)

    ResponderEliminar
  4. (continuación)
    La casuística es infinita:
    - Partes de Bomberos que no registran ni tan siquiera que hubo víctimas en su intervención, ni nombre ni sexo, ni edad, ni la planta del edificio en la que estaba, ni nada de nada -datos que son fácilmente accesibles en el periódico del día siguiente-.
    - Servicios de emergencia sanitaria de algunas CCAA que manifiestan por escrito no tener los datos ni estadísticas sobre de las víctimas mortales en su comunidad.
    - Servicios públicos que no facilitan la información de datos públicos para una investigación. Muchos -no digo todos- ni tan siquiera contestan a la petición de datos para realizar una investigación de víctimas. (Espero que no te parezca bien esta falta de trasparencia informativa de las administraciones públicas).
    - Los Institutos de Medicina Legal, que son los responsables de rellenar el parte de defunción con el que luego el INE elabora sus estadísticas nacionales de la causa de la muerte casi nunca pueden poner el lugar de la muerte porque los servicios de emergencia no se lo dicen (Pregúntaselo a ellos).

    Me preguntas si es que hay alguien que piense otra cosa que no sea “que estamos para atender a los ciudadanos” ¿Y tú me lo preguntas? Yo lo pienso, Pedro, y creo que muchísimos más, también. ¡Qué se puede pensar cuando tras una gran catástrofe con cientos de muertos en un incendio en una discoteca al otro lado del charco, y una jefatura de un servicio público, de este lado, propone que se vayan a inspeccionar las salidas de emergencia de las discotecas –naturalmente cuando están abiertas, o sea de noche- y los funcionarios se oponen y los políticos lo consienten! ¿Por qué lo hacen, porque están pensando en servir a las personas? ¡Qué se puede pensar cuando una Ley de emergencias de una comunidad autónoma resulta bloqueada por las posturas corporativas de unos sindicatos! No, no estaban pensando en los ciudadanos, más bien parece que responde a otros intereses que nada tienen que ver con el servicio público que se presta a los contribuyentes. Los ejemplos serían interminables.

    Si, yo también conozco servicios que hacen eso, ponen toldos, cierran puertas y escaparates, o incluso aspiran el agua, pero eso significa que se ha aumentado la carta o cartera de servicios, pero me temo que no corresponde a que se haya producido entre sus miembros el cambio de paradigma del que hablo. Aunque estoy seguro que hay quién a nivel personal si lo ha hecho, como es tu caso, y además desde hace mucho.

    Para ir concluyendo, te diré que voy más lejos de la simple mejora de la eficiencia de los servicios públicos o de aumentar las tareas, o de realizar más prevención, ese es otro asunto que no quería mezclar hoy. Son miles las organizaciones de seguridad y de emergencia de España a las que me estoy refiriendo proponiendo este cambio de filosofía de centrarse en la atención a las personas: ADFs, brigadas rurales y forestales, protecciones civiles municipales, agrupaciones de voluntarios de protección civil, policías locales, autonómicas y estatales, servicios de emergencia sanitaria, Cruz Roja y otras ONGs, servicios de rescate aéreo y marítimo, servicios de bomberos urbanos, aéreos y forestales; quizás medio millón de personas. Y si me apuras, este nuevo paradigma debería ser tenido en cuenta en toda la administración pública, pero no quería ser tan pretencioso.
    Un saludo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin más. Quizás haya tenido suerte y me haya encontrado con gente mayoritariamente seria y comprometida con su trabajo (de los no serios y comprometidos también sé un rato porque he trabajado con varios) , aunque cuando dices "Tengo el testimonio de un jefe de bomberos de una capital de provincia que dijo “no saber los muertos que habían tenido ni le importaba" es para cerrar ese supuesto servicio, ya que evidentemente "servicio" no es, e irnos a llorar a un sauce a ver si crece.
      No obstante algo de razón en el fondo parece que puedes tener ya que como sabrás el Ministro de Interior ha realizado el trámite de información al Consejo de Ministros sobre la nueva Ley de Protección Civil y acabo de leer en Facebook en la página de un conocido de ambos dedicado a tareas de representación: "Hay que hacer un frente común para presentar aquellas enmiendas que estimemos oportunas que vayan en contra de los intereses de los bomberos". Y efectivamente no habla para nada de los intereses de la gente.
      Me voy a buscar el sauce que en mi ciudad no parece una tarea difícil

      Eliminar
    2. Está bien, Pedro,
      Yo, como tú, también me he encontrado con muchas personas serias y comprometidas en todos los niveles y categorías, pero, que en mi opinión, no deja de ser una gota de agua en la inmensidad del océano.

      No obstante, he de apostillar, por si no estaba claro, que no era mi intención imputar responsabilidades ni culpabilizar a nadie por el sistema existente, que sin duda, ha de tener cosas buenas. El objetivo era poner en cuestión nuestro modelo actual de emergencias en lo que se refiere a la “MISIÓN” con mayúsculas, a la razón de ser de los servicios de emergencia, dejando de lado cualquier otro interés, cuando se trata de atender el bienestar del ciudadano; poner sobre el tapete un nuevo enfoque.

      De la futura Ley de Protección Civil ya hablaremos otro día. Apuntas el enfoque corporativo de un conocido común, y me temo que con el anuncio del ministro de la nueva Ley se da el disparo de salida para que muchas partes y sectores implicados -públicos y privados-, pugnen porque sus intereses queden recogidos en la Ley de la mejor manera posible, sin que exista ese enfoque, esa prioridad de la atención al ciudadano, que una vez más se quedará olvidada y postergada tras la lucha entre competencias de administraciones y organizaciones implicadas en la emergencia.

      Bueno, si encuentras un buen sauce entre los bonitos parques de Vitoria-Gasteiz, ya me dices.
      Saludos,

      Eliminar
  5. El tema tiene realmente muchísima enjundia porque nuestros sistemas organizacionales están totalmente fuera de contexto y de posibilidades, la endogamia es más una entropía que nos llevará irremediablemente a nuestra desaparición , tal y como hoy existimos. Por que, además de ser insostenible desde cualquier perspectiva, la cultura reinante impide el avance, la innovación y la mejora, convirtiéndonos en una Organización obsoleta y anquilosada. Hablar de paradigma nuevo de personas parece mecánica cuántica o, peor aún, pretensiones de quienes "se nos va la pinza". Porque yo creo en eso firmemente, pero no tengo más que aceptar la realidad diaria a todas las escalas y niveles con una desmesurada resistencia al cambio y mantenimiento de prebendas en nuestros "Reinos de Taifa". Los paradigmas suponen un cambio de modelo que precisa de cumplir unos requisitos que el modelo conlleva y que, hoy por hoy y desde hace largo tiempo, operan justo en contra de ese modelo.
    Todos estamos implicados en esta realidad y es preciso operar en todos los niveles para generar oportunidades, o desaparecer.
    Los poderes públicos, las jefaturas y los propios bomberos necesitan tener conciencia y trabajar por implementar el cambio que ahora niegan, unos por miedo e irresponsabilidad, otros por falta de competencia o medios y los últimos por no abandonar el estatus de confort que nos corrompe.
    Amo esta profesión como el que más. Las he conocido de todos los colores en mis más de 30 años de servicio y me duele mucho tener que vivir esta realidad cada día. Este callejón no tiene salida y estamos delante de la pared negándolo.
    Ni el ciudadano, ni los valores que socialmente nos identifican a los bomberos, ni todos aquellos profesionales (que los hay y los ha habido) que aman y luchan por esos valores se merecen este caos y este inmovilismo generalizado.
    Esto hace falta ponerlo patas arriba, desde lo más bajo de la Organización hasta las decisiones estratégicas más amplias y generales. ¡¡ Lo que hace más de 100 años se inventó no puede permanecer inmutable por definición!!

    ResponderEliminar
  6. Hola Alberto,
    revisando los comentarios he visto que estaba este tuyo sin contestar.
    Comparto casi todo lo que dices, pero quiero hacerte una observación respecto de los tan denostados "Reinos de Taifas" en el lenguaje coloquial. Creo que la época de los "Reinos de Taifas" fueron la época de mayor esplendor de la presencia musulmana en la península ibérica. Así que en una situación de desregulación absoluta de los servicios de bomberos en España (de la que hay muchos culpables), o se avanza algo a través de los "Reinos de Taifas" o no se avanza nada.
    En esta situación, lo peor es el inmovilismo que denuncias, que actúa contra los cambios necesarios, y que muchas veces tiene más fuerza de resistencia que la energía que inicia cualquier progresión.
    Saludos,

    ResponderEliminar